Una dificultad habitual en el trabajo con equipos es la tensión entre priorizar los aspectos de emoción por sobre las necesidades del negocio, o viceversa, privilegiar los resultados en detrimento de las relaciones.

Ambas opciones son de corto de plazo, porque un desarrollo sostenible requiere equilibrio de ambas dimensiones.

Para lograr esto uso un mix de disciplinas que me permiten articular estas miradas:
¿Cómo son las interacciones y conversaciones  del equipo?
¿Cómo funciona este negocio  y adónde quieren llegar?
¿Qué sentimientos y creencias  moldean el comportamiento?
¿Cuál es la mejor estructura y organización de  roles?